Mundo ficciónIniciar sesiónLo Inesperado
El aroma del café recién hecho se mezclaba con el pan tostado y la brisa cálida que entraba por los ventanales del comedor familiar en la cocina de la villa. Rafaele hojeaba el periódico con la calma de cada mañana, mientras Teo revisaba los mensajes en su móvil mientras terminaba de organizar la mesa de trabajo. Serena era estricta en cuanto a eso y sonrió al darse cuenta de que estaba condicionado. Dante, impecable en camisa y pantalones oscuros, terminaba su desayuno de prisa.
- Si llego tarde, el contador me hará revisar balances hasta medianoche. - dijo con una sonrisa, dejando la taza vacía.
- Vai, ragazzo, que hoy tienes suerte. - replicó Rafaele divertido, sin levantar la vista - Si Serena cocina así todos los días, hasta nuestros socios querrán venir a desayunar.
Dante rio, se acercó al respaldo de la silla de Serena -a







