Todos se quedaron inmóviles, mirando a Mateo de pie en la entrada del salón privado.
Su rostro era frío y su tono aún más helado:
—Pregúntales a ellos.
Alejandro frunció ligeramente el ceño.
Julián echó un vistazo a los dos que Mateo acababa de empujar al interior, y enseguida los reconoció: eran dos de los juniors que siempre andaban con Héctor.
—¿Qué hicieron ahora para que Mateo se les echara encima? ¡Hablen ya!
Los dos se miraron entre sí y uno de ellos respondió con desdén:
—Es por Gerardo, ¿y qué? Hoy Sofía se atrevió a provocar al señor Rivera, así que Héctor quiso enseñarle una lección.
Todos sabían que Alejandro y Mateo eran enemigos declarados, y estos dos siempre habían estado del lado de Héctor y Alejandro. Al ver que Alejandro estaba presente, ya no le tenían miedo a Mateo.
El otro añadió:
—Héctor dijo que está persiguiendo a Sofía con la aprobación del señor Rivera. Esta vez la chica se pasó de lista, así que es normal que Héctor quiera bajarle los humos. ¡Mateo, no te me