Capítulo 289
¿Cómo podía alguien con ese estatus comer lo mismo todos los días?

Quizá al notar la mirada fija de Sofía, Elías levantó la vista hacia ella.

Sofía retiró los ojos de inmediato, con un gesto instintivo.

Pero Sofía desvió la mirada hacia la ensalada de Bruno.

Él comía con tal seriedad que parecía tener frente a sí un manjar exquisito.

En realidad no eran más que unas cuantas verduras.

Bruno notó la atención de Sofía y, dudando un momento, preguntó:

—¿Señorita Valdés, quiere?

—… ¿Se puede?

—… Claro.

Bruno volvió a la cocina y preparó otra ensalada, colocándola frente a Sofía.

Ella le añadió un poco de mayonesa y probó un bocado.

No era más que una ensalada común, con un ligero sabor áspero.

—Si no te gusta, no te fuerces a comerlo.

Elías habló sin alzar la cabeza.

Sofía miró el bolillo entre sus manos y luego replicó hacia él:

—¿Quién dijo que no me gusta? De vez en cuando hasta sabe rico.

Dicho esto, dio otra mordida, como si quisiera retarlo.

Elías, al bajar la vista, dejó escapar sin
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP