Si alguna vez él y Sofía se casaran, ¿sería así dentro de décadas?
En ese momento, la dueña de la panadería le entregó los paquetes a Alejandro y sonrió:
—¡Que tu novia se recupere pronto!
Ante eso, Alejandro esbozó una leve sonrisa y luego pagó directamente con su celular.
Al ver que Alejandro les había dado diez mil dólares, la pareja quedó paralizada; cuando salieron corriendo tras él, Alejandro ya estaba subido a un taxi.
Dentro de la habitación del hospital, Sofía había terminado su cena.
Alejandro encendió la luz y, viendo el platito completamente vacío, dejó los panes sobre la mesita auxiliar.
Al ver tantos panes, Sofía frunció el ceño:
—¿Tantos?
—No sabía cuáles te gustaban, así que compré dos de cada tipo —dijo Alejandro mientras recogía la basura de la mesita, con gesto meticuloso y diligente.
—Llegaste muy tarde, ya comí suficiente —respondió Sofía.
—Ah —dijo él sin mostrar reacción.
Sofía arqueó una ceja:
—¿Ni siquiera estás enojado?
—Sé que me estabas tomando el pelo. Por