Lloro desconsoladamente mientras Jest me toma de la espalda en un ademán de consuelo, no dice nada, simplemente se queda ahí acompañandome en silencio y como puede, reconfortarme. Al cabo de 20 minutos mi llanto se para provocando que al respirar me salgan hipidos por la cantidad de tiempo de duro.
Jest se sienta a mi lado y pregunta:
—Quieres regresar al salón y nos escapamos de la escuela? — Dice con un tono que llega a sonar un poco sospechoso para quien hubiera estado por aquí cerca.
—Me niego a regresar al salón con ese hijo de puta en el pizarron dandoselas de profesor, así que prefiero irme de aqui —Digo mientras me levanto con dificultad y con un ligero temblor en todo mi cuerpo.
—Bien, entonces te parece si vamos a algún lado lejos del colegio? podemos ir a un parque o a otro lado, por supuesto yo te acompaño, no te dejare sola por ahí y menos con ese mal nacido suelto.
Las palabras de Jest me tranquilizan demasiado y acepto sin siquiera pensarlo, a lo que partimos de ahí en