—Había sido el Alfa quien atacó a la manada. El padre de Carla mató a cada miembro de la manada para retener el poder. —Héctor terminó de decir lo que Carla no pudo.
—¿Qué? —tanto Josi como Jorge jadearon al mismo tiempo.
—Quería utilizar el poder de la Loba Blanca para sí mismo. Después de su muerte... la Manada Nocturna Reformada se vio inundada por ataques de una manada vecina, que estaba confabulada con la Manada de la Luna Blanca. Una manada que reclamaba la propiedad de la Loba Blanca, una manada que ahora ha puesto sus ojos en ti, Josi.
—Bueno, yo no soy una Loba Blanca.
—No, pero tienes el potencial de ser aún más útil para ellos. Si eres capturada y corrompida para su beneficio, tus poderes de curación podrían hacer que sus combatientes sean invencibles. Un ejército invencible que se extendería por este planeta, no solo en el mundo de los hombres lobo.
—¡Nunca los ayudaría! —exclamó Josi con una determinación inquebrantable.
—Cariño, puedes decir eso cuando no estás presionada