Punto de Vista de Héctor
—Era mi pareja. —sollozó Rosa mientras su respiración se agitaba nuevamente, por lo que necesitaría una infusión calmante.
—¡Necesita un médico! —exigió Carla, y giré mi cabeza bruscamente hacia ella.
Comencé a comunicarme mentalmente con el médico principal, ordenándole que acudiera a mi casa de inmediato, cuando Carla agarró abruptamente mi brazo y por un segundo creí notar algo extraño, pero debí estar equivocado.
—¡Una médica! —añadió.
No tardó mucho el médico principal en responder a mi orden a través del vínculo mental para venir de inmediato a la Casa del Alfa y traer con él a una compañera de trabajo.
Tan pronto como llegaron y vieron el estado de Rosa, adaptaron su forma de tratarla, confirmando que Carla tenía razón: Rosa se sentía más cómoda con atención femenina. Por eso sugerí que Carla misma la acompañara mientras la llevaban arriba.
Observamos mientras Carla ayudaba a Rosa a subir las escaleras, donde todos los hombres permanecíamos en silencio,