Punto de vista de Josefina
Pasaron unos días y ya estaba de vuelta en el hospital. Mis muslos apenas mostraban señales de que habían estado desgarrados hace solo unos días. Debía decirlo yo misma: mis remedios herbales eran increíblemente geniales.
Esta noche era el turno de nuestra manada de organizar la fiesta anual que se extendía a todas las manadas de la misma alianza.
Normalmente me gustaba quedarme en el hospital el mayor tiempo posible, pero hoy no podía esperar a terminar mi turno para ir a casa a ayudar con los preparativos. La tía Elena asistiría a la fiesta y no podía esperar a verla.
Todos los miembros de la Manada del Fantasma Oscuro eran bienvenidos en la fiesta, mientras que de otras manadas solo asistían los Alfas, Lunas y Betas. Lo que significaba que... por una vez... era una fiesta de manada a la que José no podía asistir.
No tenía que andar con pies de plomo, ni preocuparme por sus manos demasiado vagabundas... podía simplemente olvidarme de cualquier drama esta no