Punto de vista de Lucas
En la oscuridad, mantuvo su mirada fija en mí. El blanco de sus ojos era casi fluorescente, aunque ya no eran tan depredadores como antes. Ya no me prometían la muerte como cuando regresé con su hija cubierta de sangre.
Ahora había preocupación en las esquinas mientras se entrecerraban antes de que me susurrara desde la oscuridad.
—Ven conmigo.
—¿Adónde vamos? —La vacilación apareció.
¿Cuánto había presenciado exactamente? ¿Estaba caminando hacia mi propia muerte, como un cordero al matadero? Sabría que era más fácil deshacerse de un cuerpo en medio de la noche.
—Necesitamos hablar, en privado —gruñó, dándome la espalda y sin darme más opción que seguirlo.
Lo seguí, mi intriga aumentó mientras bajábamos las escaleras, hacia la mortalmente silenciosa ubicación de su oficina. Incluso yo podía ver cuán extraño debía parecer que entrara en su dormitorio en plena noche. No tenía ningún motivo para estar allí, era el entrenador de Alfa, un mentor para sus hijos... ¿q