—En realidad, no —lo interrumpí, levantando mi mano frente a mí.

—¿No?

—No, no quiero esas cosas —contesté, aunque sí las quería, pero no como él lo insinuaba.

José fue quien más cerca estuvo de ser aquel con quien pensé pasar mi vida, pero sus últimas acciones hicieron que cambiara radicalmente de opinión. Prefería estar sola que estar con él. Además, esos pequeños momentos fugaces de coqueteo con Lucas me habían demostrado eso. Con solo unos días a su lado ya me había abierto los ojos sobre quién creía que era José y quién realmente era.

—Entonces, ¿qué es lo que quieres, Pelirroja? —me preguntó con voz grave... mirándome fijamente.

—Un poco de diversión. Parece que hay química natural entre nosotros, una atracción mutua. Podríamos simplemente mantenerlo casual... nadie necesitaría saberlo. ¿Qué daño podríamos causar?

—¿Hablas de quitarse las ganas?

—Exactamente. No espero compromiso, pues sé que pronto volverás al entrenamiento y no necesitaremos pensar el uno en el otro de nuevo