—No me dijo...

—Javier... ¿me lo dirías?

—Josi, de verdad que no me lo dijo.

Quizá fuera cierto, porque para que se pusiera tan furioso anoche; estaba usando eso como un escudo para esconder el verdadero problema... estaba herido.

Al entrar en mi habitación, encontré a Clío sentada en mi cama, desplazándose por las redes sociales en su teléfono. Miré alrededor buscando a María, pero escuché su risa en el piso de abajo, algo que para ahora ya podría haber despertado a Lucas. Probablemente lo hizo a propósito.

Cerré la puerta detrás de mí, y los ojos de Clío se posaron en mí.

—Ahí estás —dijo con una sonrisa, pero no había felicidad en sus ojos.

—Lo siento, me quedé dormida. Solo necesito una ducha, ¿estás bien? —Me dirigí a mi baño y encendí la ducha, dejando que el agua se calentara.

—Sí, solo intenté llamar a Jorge, pero no contesta. —Oí su respuesta mientras colocaba una toalla en el borde del lavabo.

—No le contesta a nadie —respondí, regresando a mi habitación y sentándome junto a