Punto de vista de Carla
Antes de ayudar con la limpieza, quería hablar con Elena a solas, quería ser la primera en decirle que había marcado a Héctor.
Bajé las escaleras decidida a encontrarla, hasta que un impulso abrumador me obligó a entrar en el despacho de mi padre.
Porque así siempre sería para mí: el despacho de mi padre.
Ahora era mío, yo era la Alfa... y sin embargo no logré cruzar el umbral, sino que me quedé inmóvil en la puerta, mirando distraídamente su escritorio mientras los recuerdos de él sentado allí me venían a la mente.
Mentiras, mentiras tan profundas que moldearon mi infancia... mi vida adulta. No quería ser ese tipo de Alfa, pero quizá su ADN estaba tan arraigado en mí que no tuve opción. Tal vez estuve destinada a ser como él. Al fin y al cabo, yo era su hija.
—Estás despierta, esperaba que durmieras hasta el mediodía. ¿Dónde está Héctor? —Elena pasó junto a mí y entró al despacho, dirigiéndose al escritorio de mi padre... Ella no tenía miedo de tocarlo, ni de s