Punto de vista de Carla
Un ruido agudo provenía de la fila de combatientes, algún tipo de señal antes de que comenzaran a entonar gritos de guerra entre ellos.
O a nosotros... para intimidarnos.
Estaba funcionando, miré a mi gente... estaban cansados, habían luchado lo suficiente para dos vidas. Solo querían paz, solo querían vivir.
Pero la rendición no era una opción, no si querían proteger a sus familias, a sus amigos.
No sabían de los pecados de mi padre, no conocían el pasado. Solo conocían al Alfa que les había dado una segunda oportunidad, y por su bien, seguiría fingiendo.
—No he sido la Alfa fuerte que ustedes merecen desde la muerte de mi padre. He estado demasiado atrapada en mi propia mente, intentando dar sentido a lo que me ocurrió.
—Pero, como mi padre, yo creo en ustedes, creo en la Manada Nocturna Reformada.
—Nos establecimos aquí solo porque estas tierras le recordaban a mi padre la manada de su compañera, la manada de mi madre.
—Pero estos combatientes, estos guerrero