Punto de vista de Carla
—¿Papá? —Lo observé, atónita, mientras Alora se acercaba con cautela y mi padre...la envolvía con los brazos como si hubiera estado esperando toda la vida.
—No lo entiendo…
—Yo tampoco, Carla. Pero esto debe ser un milagro...una bendición directa de la Diosa Lunar. Una señal de que nuestra manada ha sido consagrada a sus ojos. Cómo me devuelve a una hija perdida… —Sus manos acunaron el rostro de Elena mientras la estudiaba con intensidad.
—¿Una hija perdida? Papá, esto no tiene sentido. —Sus palabras eran claras, pero para mí sonaban a acertijos indescifrables. Me resultaba difícil entender lo que decía.
—Carla, tú eres gemela. Siempre lo fuiste. Pero creí que tu hermana había muerto al nacer, junto con tu madre... O al menos eso me hicieron creer. Lo siento mucho, hija mía. No lo sabía... Estaba tan consternado por la muerte repentina de mi compañera que creí al personal del hospital.
Sentí el suelo desmoronarse bajo mis pies, mis piernas entumecidas mientras a