En la sala de las concubinas, el alboroto estaba empezando a resonar alrededor del resto del castillo.-¡No, no, no! – gritaba Varinia, completamente enloquecida al enterarse de que Namar caminaba por palacio vestida de princesa - ¡Arrg! Esa sucia zorra… ¡Es sabido que las lobas pelirrojas son unas brujas! Ha hechizado a nuestro Alfa. ¡Ya casi era mío! – Hasú entró a la sala horrorizado.-Por el amor de nuestra diosa… ¿Qué son esos gritos?-¡Hasú! – dijo Varinia ardiendo en furia – ¡Tú! Infeliz… ¡Tú la ayudaste!-¿Qué le ocurre a esta loba… hasta que al fin se volvió completamente loca… ¡Guardias!-¡No estoy loca!... es Namar. La han visto pavonearse por el castillo vestida como una princesa y con un pañuelo de nuestra fallecida Luna en su cuello… ¿Quieres que ella sea la nueva Luna, no? ¿Cómo te ha comprado para que la ayudes?-Espera… un momento, lobita tonta – dijo Hasú, moviendo sus manos delicadamente – estás muy equivocada… ella es una princesa, y camina por el castil
Alfa Caleb recostó a la joven loba en su lecho y, y se posó junto a ella, observó sus intensos ojos verdes. En su interior existía una lucha, su lobo la deseaba y amaba intensamente, pero su parte humana aun sentía un fuerte rechazo hacia su sangre, a pesar de saber que Namar era inocente de todo lo que Alfa Drago había urdido en su contra. La joven loba, por su parte, solo observaba, sin lograr descifrar lo que ocurría en la mente del joven Alfa ¿Cómo debía actuar ante tal situación? Todo lo que estaba ocurriendo jamás lo pidió ni estuvo en sus más remotos pensamientos. De ser una esclava, luego una fugitiva, se transformó en la concubina y, ahora, en la pareja del Alfa de la manada Luna Cristal.El joven Alfa sacudió los pensamientos de su cabeza y le permitió a su lobo tomar el control. Su lobo Cemil, lamió con deseo los pechos de la joven loba; cuan diferente era poder poseer a su pareja predestinada por la Luna; más aun, que privilegio tenía él, al haber encontrado a su mate y po
-¿Un mes, Alfa Caleb? Tal vez no he sido lo suficientemente clara en explicar lo mucho que se molestaría mi padre al enterarse de sus mentiras-No soy un lobo que esté acostumbrado a recibir extorsiones… ahora me veo obligado a tomar como pareja a una loba engreída y caprichosa, con tal de proteger a mi manada de sus represalias. Fingir que esta unión es de mi agrado, está completamente fuera de mis principios… tendrá un mes para pensarlo muy bien, debido a que, en lo que a mi respecta, usted siempre será, la pareja que jamás deseé y fui obligado a tomar. Un mes es mi última palabra, si no ha cambiado de parecer, en la luna llena del equinoccio de primavera, convocaré a una ceremonia de unión, como indica la ley y te tomaré como mi pareja.-De acuerdo, Alfa, no continuaré insistiendo… en un mes será. Que importa esperar un poco más… - dijo Rhada con decisión y fiereza La joven hizo una suave reverencia y salió. Su rostro irradiaba felicidad y victoria, al caminar por los pacillo
Alfa Caleb, mientras tanto, continuaba sus labores, como de costumbre. Aquel día, atendía las necesidades de los lobos en su manada, en una reunión realizada en “la gran mesa”, en la torre más alta, junto a los grandes líderes de las distintas zonas. - Alfa Caleb, por las razones que planteo aquí, es muy necesario que concretemos al fin la construcción del puente entre nuestra manada Luna Cristal y la manada Luna Zafiro, nos encontramos aislados de nuestros propios aliados y aquella distancia nos está jugando muy en contra – comentó uno de los lobos allí presentes. - Como antes lo he mencionado, a todos, esto es más sencillo de realizar con palabras – dijo Alfa Caleb – Mientras yo permanezca en el poder, los recursos de mi manada serán dirigidos a las necesidades de mi pueblo. Aun hay mucho que subsanar… comprendo que los motivos estratégicos, son parte de su preocupación, pero no destinaré todo el dinero de mis arcas en construir un puente, cuando los lobos de nuestra manada requier
Hasú la arregló con dificultad, debido al gran nerviosismo que estaba cargando sobre su menudo cuerpo; sus manos temblaban al intentar abrochar el hermoso collar de pedrería, atrás del cuello de la joven loba.-Hasú… cálmate, por la diosa – le dijo Namar al intranquilo sirviente.-Lo siento mucho, princesa Namar… -¿Por qué estás tan aterrado?-Usted no conoce hasta donde puede llegar nuestra Luna madre, con tal de evitar que la casa de los Alfas se vea envuelta en escándalos… ella levanta su dedo y pueden morir cincuenta lobos a la vez – dijo Hasú con manos y voz temblorosas-¿De qué hablas Hasú? -En el pasado, se enteró que nuestro anterior Alfa, su pareja, tenía una amante. Al momento de él enfermar, ella tomó el papel de Alfa provisional en nuestra manada, y lo primero que ordenó fue la ejecución de la joven loba y de toda la servidumbre, para que no quedaran testigos de la infidelidad de su pareja.-Oh, por la diosa… - Namar llegó a comprender las implicancias de lo
- ¡Mátenla ahora! – Dijo el Alfa - Pero, Alfa, es su hija - ¡Ese demonio jamás será mi hija! No quiero ver su rostro… ¡Llévensela y mátenla ya! Tírenla al río. Su nombre era Namar. En aquel tiempo las cosas no eran como lo son ahora. Ella nació en un fastuoso palacio rodeada de lujos, cuando los Alfas tenían el control sobre esclavos, concubinas y cortesanas; servidos y venerados como reyes. Se diría que su destino era ser la hija predilecta del Alfa, al haber sido gestada en el vientre de la concubina favorita de su padre; sin embargo, el Alfa Drago engendró a una cachorra fuerte como él, y su madre era muy frágil y pequeña, lo que no le permitió sobrevivir al cansado nacimiento de Namar. Su padre la culpó eternamente y la maldijo por haber sido la causante de la muerte de su amada concubina y ordenó que terminaran con su vida. La partera, con la cachorra en brazos, no fue capaz de acatar tan terrible orden, por lo que buscó entre los rincones de palacio, a una esclava y le e
El encargado se dirigió hasta la celda donde dormía Namar, muy preocupado. - Namar… - dijo muy serio – ¿Qué has hecho? - ¿De qué hablas? Yo no he hecho nada – intentó mentir - Has cometido el peor error de todos… te has dejado ver por el Alfa. - Debía ver a madre Tabita… ese Alfa es un despiadado animal. - Ese Alfa es tu padre, Namar… ¿No comprendes aun la gravedad de la situación, verdad? Alfa Drago ha ordenado que preparemos a la nueva esclava para servirlo en sus aposentos… él desea acostarse contigo. - ¿Qué? Pero Argos, yo no puedo acostarme con él… ¡Él es mi padre! - Pero eso, nuestro Alfa no lo sabe. Le has dicho que has llegado en el último barco de esclavos… él ni siquiera sospecha que tu sigues con vida, Namar.- Por la diosa ¿Qué haré? - Ay, pequeña… mejor hubiese sido tu muerte. Terminar como la concubina de tu propio padre… - No, Argos… no lo haré.Namar habló decidida, caminó fuera de las mazmorras, pero los guardias la detuvieron. - Alfa Drago ha ordenado que v
El viaje duró dos días, en los que permaneció la mayor parte del tiempo recostada en la carreta inmóvil, con la certeza que al llegar la noche, el mercader se acercaría nuevamente a ella a poner sus manos sobre su cuerpo, recorrerla por completo y lamer sus pechos. Hoy podía comprender porque su madre decía que, en ocasiones, la esclavitud era peor que la muerte ¿Qué podía esperar ahora que ocurriera con su vida? Tal vez lo mejor sería que llegara a manos de algún lobo suicida que acabara con esa horrible existencia que tendría que vivir en adelante. Bajo la pesada manta que cubría la carga de la carreta, Namar no podía ver como el mercader entró a un pueblo correspondiente a la manada Luna Cristal y que se dirigía con la firme intención de hablar directamente con el encargado de los esclavos de palacio. Llegó a las puertas de la fastuosa casa de la manada y habló a los guardias. - Necesito hablar con el encargado de los esclavos – dijo el mercader.- ¿Quién eres tú? – le dijo un