DAMIÁN
Me portaba como un reverendo estúpido con ella, un cavernícola, yo no soy del tipo de hombre que no sabe controlar sus emociones o se deja llevar por ellas; es que me ganó la rabia de ver cómo él le coqueteaba y ella correspondía, por eso, cuando se fue y me quedé con Carlos para indiciarle que lo restante del depósito estaba lista, él me dijo.
—Su esposa solo sonreía por amabilidad, yo no soy del tipo de hombres que se meten con mujeres casadas o las sonsacan para cometer alguna locura, alguna vez estuve casado y mis celos llevaron al fracaso de mi matrimonio, eso hizo que mi vida se puso de cabeza, a las mujeres no le gustan que las atosiguen con ese tipo de cosas tal vez un poco, pero con el permiso de usted, hasta me gruñía y eso no creo que le haya caído muy bien a la señora Harper.
Yo que venía preparado con todo mi arsenal de discurso barato por mi ego herido de ver a mi esposa siendo tan "amable" con otro hombre, sin embargo, aunque no quiera aceptarlo, Carlos tiene ra