NATHALIE
Hoy estoy que lo veo y lo creo, hasta me di un piñizco aunque no sea la primera vez, igual no dejo de sentir como si me hubiera dado fiebre y estuviera delirando, es entonces que para ver si esto era real o estaba soñando me doy un pellizco, nadie podría entenderme a qué grado eso nunca deja de hacerme sentir extraña, es que cuando abrí los ojos me vi abrazada a él, me sujeta como si fuera yo no sé algo de lo que su vida dependiera, como si al soltarme se le fuera el aire, es cierto ahora recuerdo los truenos, seguramente se compadeció de mí y se dejó abrazar, justo en ese momento entro Rosaura que era otra de las empleadas, ella era muy puntual con el desayuno de la señora de la casa siempre me lo dice de esa forma.
—Disculpe, señora, pero yo toqué la puerta antes de entrar — Aún sigo sin creer que esto sea real, Damián y yo así, solo en mis más locos sueños, pero debo regresar a la realidad, una donde solo soy un vientre. Eso es lo que soy para Damián, solo soy algo