Capítulo 6. Parte 4
Antonella:
El ruido de unos tacones me distrae, alzo la vista hacia la puerta, y me fijo que Cinnia está mirándome, sin darme tiempo a componer mi expresión de tristeza.
—¿Qué te pasa? —cuestiona entrando al salón.
Mi amiga se sienta frente a mí, toma mis manos, y me mira directo a los ojos.
—Bruno me ha dicho que viajaremos a una de sus famosas convenciones este viernes —digo, omitiendo la principal causa de mi tristeza.
—Pero no pongas esa cara. Piensa que en este viaje lo puedes seducir —dice alzando las cejas de arriba hacia abajo, lo que no me causa gracia como en otras ocasiones.
—Creo que no... —logro decir.
—¿No? —cuestiona—. Creí que lo intentarías...
—Mmm...
—No me digas que ya lo sedujiste.
—Sí... —digo tragando más saliva de lo normal—. Él...
Mi rostro poco a poco empieza a desfigurarse y me pongo a llorar, sin poder reprimir la tristeza que me provoca mi patética vida. Cinnia se acerca para darme un abrazo acogedor, de esos que te quedarías para siempre amarrada, y ahí n