Antonella:

Muchos puntitos, sonido doble de corazón, todos esos detalles algo me quieren decir, y es más que obvio, Diego cree que por ser el ecógrafo un aparato nuevo y moderno no puede estar en mal estado, pues se ha equivocado, y todo señala a que es así.

Me quedo callada para que no se sienta mal con la poca eficiencia que da su "modernidad", sin embargo, escuchar la palabra gemelos me hace pensar otra cosa. Nah, en realidad no pienso nada, porque estoy en shock. Para las personas que jamás han estado en shock les puedo decir que este estado no te hace ver bien lo que sucede a tu alrededor, y así estoy en estos momentos. Aparte del desmayo que he tenido —cosa de la que recién me doy cuenta—, el mundo empieza a girar, y no precisamente de emoción. Después… nada.

Ya estoy recostada en el sofá, con Diego golpeando levemente mi rostro y con ese olor a alcohol que me tiene a punto de vomitar.

—Gemelos... Soñé que iba a tener dos bebés. Qué loco, ¿verdad? —digo cuando reacciono y logro