Capítulo 45. Parte 1
Diego:
Intento mantener la cordura, que mi vida no se reduzca al miedo por los ataques de Ambra. Sin embargo, es difícil concentrarse cuando existe una mínima posibilidad de que ella se quede con mi hijo, y peor aún, al comprender que no lo quiere a su lado. Su intento de querella ante un juzgado no es más que una venganza por no haber querido permanecer con ella, una condena injusta que ni Marcus ni yo merecemos. Además, le he dado demasiadas oportunidades, un tiempo que nunca se ganó.
—¿Qué pasa, amor? —escucho de pronto, viendo a Antonella acostada en la cama, intuyendo que algo me pasa. Sonrío, aunque sin la luz habitual que me provoca cada vez que me habla, y me acerco con la intención de ocultarle mis preocupaciones. Pero al verla, entiendo que merece mi confianza. Es la mujer que amo, la que quiero a mi lado y junto a mi hijo.
—Tengo miedo, An... —confieso aferrándome a su cuerpo, sin querer soltarla, creyendo que, con su calidez, los problemas se desvanecerán.
—Mi amor... —dic