Capítulo 39. Parte 3
Diego:
Bernardo deja sus pertenencias en la canasta para lavarse las manos e ingresar al pabellón, donde una paciente duerme bajo los efectos de la anestesia, ajena a que, a pocos metros, se está gestando una traición que nada tiene que ver con ella.
Mi supuesto amigo sonríe y hace un gesto esperando por mí, mientras que yo solo me limito a darle la espalda para mirar la pantalla de su celular, asombrado de lo que sucede frente a mis ojos.
El que era mi mejor amigo hasta hace un par de minutos atrás, mi confidente, tiene mensajes inapropiados con la que aún es mi esposa, y una punzada en el corazón me atraviesa de tal manera, que me tambaleo, teniendo que afirmarme de la pared.
—Doctor De Luca, está todo listo para la operación —interrumpe una enfermera, posicionándose a mi lado y esperando a que le responda, mientras en mi interior se libra una lucha por hacer lo correcto o dejar que mis más bajos impulsos cobren vida, algo a lo que no estoy acostumbrado.
—Gracias, voy enseguida —log