Capítulo 39. Parte 2
Antonella:
Intento mantener la mente en blanco... o sea, no pensar en Bruno, aunque es difícil para mí —y supongo que para cualquiera—. Me refiero a mantener la mente en blanco. Cuando lo intento, pienso en objetos blancos: manteles, pañuelos, casas pintadas de blanco, autos blancos... En fin.
Con poco control mental, decido sentarme tras mi escritorio, esperando a que los niños vuelvan al salón después del recreo. El primero que entra es Marcus, junto a Alonso, y ahí me quedo observando al pequeño, notando el parecido que tiene con su padre, aunque no puedo negar que también se parece a su madre, que sin duda es una mujer hermosa.
Un destello de celos se cuela por mis poros al saber que Diego estuvo con ella... y que la amó con locura. Aunque es totalmente absurdo —ella estuvo primero—, estar consciente de que posee una belleza física inigualable y que Diego es un hombre perfecto en todos los sentidos hace que mi mente se retuerza.
Dejo de pensar en objetos blancos y empiezo a imagin