Capítulo 33. Parte 2
Diego:
Temprano en la mañana estoy en el cuarto de Marcus, quien me sonríe, indicándome que se siente mejor. Para comprobar su temperatura tomo el termómetro y se lo pongo en la axila, lo que provoca una risita de su parte.
—¿Te sientes mejor? —pregunto.
—Sí, me siento mejor.
—¿Y mamá? —indago, sabiendo que no se quedó con él como había prometido.
—Se fue hace poco —responde, dejándome sorprendido.
—¿Te cuidó toda la noche? —pregunto incrédulo.
—¡Sí, y estoy muy contento!
—¡Qué bien! —exclamo, temiendo que en cualquier momento vuelva a romperle el corazón.
—Le diré a Roberta que prepare el desayuno, ¿de acuerdo?
—Bueno, pero no olvides algo...
—¿Qué será?
—Recuerda saludar a Antonella.
—¡Prometo hacerlo! —sonrío y bajo hacia la cocina, donde Roberta me observa sorprendida, no por mi presencia, sino porque Ambra está allí, con una bandeja en las manos.
—¡Buenos días, Diego! —saluda Ambra con entusiasmo—. ¿Ya te vas a trabajar?
—Ajá... —respondo, porque es lo único que puedo articular a