Capítulo 2 La entrevista.
La luz de los focos hacía sentir a Luna como una mariposa atrapada en una telaraña. Se sentó en el plató, sonriendo a la cámara mientras los entrevistadores les preguntaban sobre su reciente éxito. Matéo, Sofía y Max estaban a su lado, todos ellos radiantes y emocionados, como si estuvieran bailando en un baile de máscaras.
—¿Cómo se sienten al saltar al éxito de repente?— preguntó uno de los entrevistadores, con una sonrisa de oreja a oreja que parecía ser una mueca de burla.
Luna se sintió contenta al estar en televisión, pensando en el orgullo que sentirían sus padres al verla. Se imaginó a su madre llorando de emoción, a su padre sonriendo con orgullo. La fama era algo que siempre había soñado, y ahora la estaba viviendo.
Pero mientras respondía a las preguntas, su mente comenzó a divagar, como si estuviera atrapada en un laberinto de pesadillas. Se acordó de la cena con el Productor, de las ocho personas enmascaradas que habían comido con ellos. La cabeza humana en el platillo principal, la sangre que goteaba... Se estremeció al recordarlo, y su corazón comenzó a latir con fuerza, como si estuviera a punto de escapar de su pecho.
De repente, una voz le susurró al oído, como si fuera el diablo mismo. —La fama tiene un precio, ¿estás dispuesta a pagarlo?— La voz era baja y suave, pero parecía tener un tono de amenaza, como si estuviera advirtiéndole de un peligro inminente.
Luna se quedó pasmada, mirando a su alrededor para ver quién había hablado. Pero no había nadie cerca. La voz parecía haber salido de la nada, como si fuera un espíritu maligno que la estaba acechando.
Intentó disimular, sonriendo a la cámara como si nada hubiera pasado. Pero su mente estaba como atrapada en un laberinto.
La entrevista terminó, y Luna se levantó, tratando de mantener la compostura. Se dirigió a los baños, necesitando un momento para sí misma. El espejo del baño parecía estar reflejando su alma, y se vio pálida y asustada, como si estuviera mirando a un fantasma.
Se subió la manga de la camisa y vio los moretones junto a las mordidas en sus brazos. Se estremeció al verlos, y se bajó la manga rápidamente.
Se enjuagó el rostro con agua fría, tratando de calmarse. Pero el agua parecía estar helada, y su rostro parecía estar ardiendo de miedo.
Tenía que tener fuerzas para sobrevivir en esa industria musical inquietante que la esperaba. La fama era un sueño, pero también era un precio que tenía que pagar. Y no sabía si estaba dispuesta a hacerlo.
Se secó el rostro con una toalla, y se miró en el espejo. La chica que la miraba parecía segura de sí misma, pero Luna sabía que era una máscara, que ocultaba la verdad, pues por dentro, estaba temblando de miedo, con un gran dolor en el cuerpo, las lágrimas rodaron por sus mejillas al darse cuenta que la pesadilla no terminaría pronto para ella