Arawn me llevó hasta el hotel y tras el silencio incomodo que siguió luego del beso, me quise despedir rápidamente y volver a la habitación para maldecirme por haber cedido a besarlo.
—Gracias por decirme sobre Zaid y... Diane —dije apenas mirándolo.
Él sonrió, nada afectado por el beso.
—Somos aliados, Cyra. No iba a callármelo todo como hace Tarren.
Acercó una mano a mi cabeza con la intención de acariciarme, pero yo me eché atrás y le sonreí con incomodidad.
—Deberías irte ya. Tarren volverá en cualquier momento —le dije, viendo que el sol comenzaba a ponerse.
Arawn asintió, dándose cuenta de mi lejanía. Le había devuelto el beso por impulso, sin embargo, tenía claro que había sido un error. Y ya comenzaba a sentirme mal por ello.
En cuanto se dio la vuelta y se alejó por la calle, yo suspiré y entré al hotel rápidamente. La recepcionista sonrió al verme llegar, pero no fue una sonrisa amigable. Seguro me había visto despedirme de Arawn.
—Su marido el Alfa, la busca.
Mi