El beso me descolocó. Por un instante pude sentir una calidez de su parte que no me esperé; sin embargo, cuando nos acercamos nuevamente a las personas en el coctel, sus paredes se levantaron y volvió a ser el mismo idiota que conozco.
Por su parte, la cara de Camila, la "amiga" de Alexander y que me trató como una mierda en una entrevista, ahora me mira con cara de fastidio detrás de su copa de champán.
—¿Te aburres? —Me pregunta Alexander al oído durante el brindis.
—Me siento como una figurita de pastel.
—Podrías fingir mejor.
Lo fulmino con la mirada.
—Podrías hablar más.
Sus labios se curvan apenas. Solo una pequeña grieta en su máscara de hielo.
—Estás aprendiendo rápido.
—Tal vez siempre he sabido cómo jugar, solo necesitaba el tablero adecuado.
El murmullo del coctel aún vibra en mis oídos cuando Kamal Kara se acerca con esa seguridad natural que parecía envolverlo todo. Ha terminado el brindis de agradecimiento, las copas aún titilan con burbujas y Alexander, a mi lado, mant