Miré su mano y la aparté, furiosa:
- ¿Cuál es "tu" problema, Theo?
- Ayer mismo estabas en la mesa de papá con Dimitry, nuestro primo, el día de tu compromiso. Hoy estás ligando con un chico como si nada.
- Creo que ya no debería acostarme con nadie de mi familia -bromeé.
Theo se me quedó mirando un rato sin decir nada. Intenté mantener mis ojos en los suyos verdes, pero no pude sostenerlos. Miré al suelo.
- Pensé que podríamos divertirnos un poco... Hacía siglos que no iba a Babilonia. - Theo era más amable, incluso dulce, de un modo que me irritaba. - Pero si quieres quedarte aquí, hablaré con papá... ...y te cubriré.
- ¿No te importaría que me quedara?
- No, no me importaría.
- Entonces iré contigo.
- Maria Lua, ¿entendiste lo que dije?
- Sí.
- ¿Has tomado drogas? ¿Has bebido?
- Todavía no... - Sonreí, cogiéndole la mano. - Vamos, Theo.
Heitor ya estaba en el coche esperándonos. Nos soltamos la mano en cuanto salimos del pub, caminando uno al lado del otro hasta llegar al Maserati.