"Sí”. Nollace se acercó a ella y le dijo: "Ella preparó todo esto para ti, Daisie".
Daisie bajó la cabeza. No sabía hacia dónde mirar y sus mejillas se pusieron rojas. "Gracias. Me gusta mucho”.
Nollace le rodeó la cintura con el brazo y la acercó a su pecho.
Ella tragó saliva y apretó los labios con fuerza. Le temblaban las pestañas y su corazón latía con fuerza. "Nolly, tú... ¡Uf!".
Él se inclinó hacia adelante y la besó en los labios. Daisie apretó los puños con fuerza sobre el pecho de él y la lengua de él se deslizó dentro de su boca cuando abrió la boca para respirar.
En ese momento, apenas podía mantenerse de pie. Ella tropezó hacia atrás y ambos cayeron sobre la cama.
Nollace se levantó con una mano y le protegió la nuca con la otra.
Ella dejó de respirar por un momento y se puso aún más nerviosa.
La cálida luz blanca caía sobre la cama. Nollace miró fijamente sus mejillas sonrojadas y dijo: "Daisie".
"¿Sí?", ella le respondió en voz baja.
Ambos podían sentir la quími