6. Los encargos del Alfa
Vivienne la esperaba en la entrada de la casa para llevarla a recorrer la villa. A Andara le pareció una excelente idea, ya que pasaría un tiempo indefinido allí o quizás, hasta se transformaría en su hogar. Ella quería conocer a la gente que vivía allí, saber si todos eran tan amables como Vivienne, tan preocupados como el brujo o tan generosos como el Alfa. Lo que más anhelaba descubrir era la opinión de toda esa gente respecto de su salvador. Parecía un hombre tan enigmático como atrayente. ¿Tendrá alguna loba por allí que calienta sus noches? ¿Habrán cachorros de lobo con pelaje blanquecino jugueteando por allí?
Sinceramente, Andara esperaba que no. Ella deseaba que no hubiera.
También se preguntaba si habría algún otro humano por allí escondido en alguna de esas casas. Y de ser así, quería conocer su historia y saber si todo le salió bien. O saber a qué atenerse con esas criaturas. ¿Serán confiables? ¿Serán peligrosas? Andara tenía tantas preguntas en su cabeza que no escuchó cua