Los fans más fervientes, al ver que Juan caminaba orgulloso junto a Amapola por la alfombra roja con evidente cercanía, no pudieron evitar sentirse molestos. En pequeños grupos, comenzaron a murmurar y quejarse, cuestionando quién era ese hombre que se atrevía a estar tan cerca de su ídolo.
Una vez que terminaron de recorrer la alfombra roja y firmar varios autógrafos, Amapola y Juan ingresaron al salón principal del evento.
En ese momento, Gregorio estaba ocupado recibiendo a los invitados. El salón estaba repleto de personalidades del medio, entre ellos críticos de cine reconocidos y varias estrellas del entretenimiento.
Gregorio sabía bien que el éxito de una película dependía, en gran medida, de estos críticos. Si ellos le daban altas calificaciones, automáticamente atraerían a una gran cantidad de espectadores. En la era de las redes sociales y las plataformas digitales, la opinión de cada individuo podía volverse viral, por lo que Gregorio no escatimaba esfuerzos en asegurarse de