Actuarás como mi novia

Mientras él reía de mí, a mi poco me importó sus burlas, rápidamente empecé a devorar la comida sin ningún tapujo.

Después de todo, él no me impresionaba para nada, era alguien gélido y frío, apático y grosero, además que era un completo desconocido para mi.

Cuando me sentí satisfecha de haber llenado mi estómago le dije:

—¡Gracias!

—¿Gracias por qué, por la comida?

—Gracias por todo —dije entre dientes — Por el descanso que estoy tomando, por la buena comida que estoy disfrutando. —Me seguía mirando con asombro.

Me acomodé en el amplio asiento suave y bien forrado de seda suave y me dormí.

Seguro estarían pensando lo peor de mi, no me importó un zacatal de m****a, ese hombre prácticamente me secuestró pensé. Dormí enseguida.

Cuando desperté más tarde había turbulencias que hacían sacudir a la avioneta que no era tan grande, todos volvieron a verme a mi, como si me culparan de lo que dije antes de que despegara.

Yo me puse pálida por la situación y me arrodillé temblorosa orando a Dios para que todo se calmara, al poco tiempo se calmó y el avión se restableció. Yo estaba tan agradecida con Dios y la vida.

Dicen que sólo cuando ves a la muerte delante de ti, aprecias lo que tienes, así que me sentía tan emocionada que abracé a la persona que estaba más cerca de mi, este era el joven que estaba todo el tiempo muy cerca de mi, el gruñón, cuando yo di el abrazo todos volvieron a verme como si tal hubiera cometido un crimen.

El mismo tipo gruñon me miró, tenía unos ojos color ambarinos me miraba con escrutinio. A mi me valió madres su actitud actual y sonreí al joven apuesto.

Este parecía asustado entonces ceñí mi entrecejo, pues no entendía por que se sentía intimidado por mi, luego me advertí que quizás era por el abrazo que di, no a todos les gusta el acercamiento con otros, así que me incliné un poco mi cabeza para pedir disculpas.

Cassie que estaba al otro lado como parte del servicio me miraba, sus ojos de viaje los sentí quemarme, ella estaba de mal genio me pareció, ¿Pero por que si al menos ella no estaba perdiendo su tiempo aquí? En cambio yo estaba aquí por el capricho de este hombre.

Cuando aterrizó la avioneta yo me acerqué en el área de servicio, tomé mi chaqueta y mi bolso, enseguida me desplacé hasta la salida, pero unas grandes manos me tomaron del hombro y me jaló hacia un cuerpo duro y fuerte, mi espalda cayó en reversa al duro y definido cuerpo del tipo, a quien ni el nombre me sabia.

—¿Que pasa contigo Sr. Porqué me está tratando así? Pregunté con saña, su acompañante me miraba con perplejidad.

—¿Pretendes venir aquí e irte nada más así? Al menos gana tu salario de hoy, dijo el hombre.

Enseguida las palabras mágicas de ganar dinero me hizo sobresaltar más, así que vuelvo con un semblante diferente y pregunto, ¿Sí? ¿Que quieres que haga?

—¡Me acompañarás a una reunión, más tarde irás conmigo a una fiesta y fingirás ser mi novia!

Sus palabras me pusieron en órbitas, ¿ Acaso él necesitaba que alguna mujer fingiera ser su novia?

Era rico, guapo, tenía unos ojos muy hermosos que atraería a cualquier mujer, era joven fuerte y alto, tenía todos los puntos a su favor, ah pero le hacía falta lo más importante, ser de un carácter dulce y jovial, eso no lo tenía, quizás por eso tiene que fingir tener novia, "pobre tipo" pensé.

—¿Entonces? ¿Qué? ¿Aceptarías? —volvió a preguntar.

Yo respondí, por supuesto, mientras me lleve algo de dinero a casa. El me miró e hizo una mueca, luego dijo:

—¡Entonces vamos! Dicho eso caminó a mi lado tomando mis manos a su Palma. Cassie me miraba asombrada, ella no creía que esto fuera real, pero, ella corrió a mi y se puso frente a mi, cerrando mi paso lo que no le gustó al hombre, ¡Espera Gaby a donde vas? Yo titubié, pues ni yo sabía hacia adonde íbamos.

—¡Eh! Voy a ...! —no terminé de explicar, pues fuí interrumpida por el Sr. Mandón, éste dijo:

—¿Por qué exiges explicaciones? ¿Acaso eres su madre u hermana mayor? Encárgate de tu trabajo aquí y no inmiscuyas en asuntos de otros.

Cassie quedó estupefacta? Pues no esperaba la reacción de aquel hombre, me miró a mi como esperando alguna respuesta, yo le dije:

—¡Después te explico! —el hombre me volvió a ver, su mirada mostraba disgusto.

Mi nombre es Ji Yasuf, ya que eres mi novia deberías aprenderlo bien. Estamos saliendo desde hace unos meces, eso dirás, limítate a ser cortante y de pocas palabras. Tu hablas demasiado. —me regañó.

Yo callé sin decir ni una palabra, luego el continuó y me dijo:

—¡Necesito discreción, eso quiere decir que no puedes ir a contar a nadie de nuestro trato. ¿ Te parece? ¡Cuidado y dices algo más a esa mujer! Por cierto deja de ser tan confianzuda —volvió a regañarme.

Entramos a una tienda enorme, nos recibió una mujer entrados a sus 40 años, ella rápidamente me echó un vistazo, pero después de eso me ignoró totalmente, toda su atención se volvió a él, lo cual no me provocó ni frío ni calor, empecé a echar un vistazo al lugar, era una tienda de ropa de primera calidad.

Yo empecé a hojear el lugar y la ropa, sin prestar atención a las dos personas, pero si oía lo que hablaban, escuché y vi como la mujer le tocaba el hombro y le decía, mi hija Kika está loca por verte, ya no te dejas verte, ¿Por qué?, él suspiró y dijo:

—¡El trabajo, las obligaciones, el amor!

Mis orejas se pararon, él dijo "amor", pensé, tiene novia y me pide que finja ser su novia, ¿para qué? No hallé respuesta.

—¿Amor? Repitió la mujer mediana, aunque se veía que cuidaba su figura.

—¿Que? ¡¿Tienes novia acaso?! Dijo la mujer con exasperación.

—¡Sí, es ella! Y volvió para mirarme a mi, este hombre doble cara, simplemente no puede decirle que no le interesa su hijita.

Moví la cabeza mostrando que me producía pesar por él.

La mujer me volvió a ver y lo que dijo a continuación me sacó del estadio.

—¡Ella es muy poca cosa para ser tu novia.

—¡Pero es a la que yo quiero! —dijo el intrépido hombre, y aunque fingíamos ser pareja, sentí una inmensa alegría en mi corazón.

Pues esa mujer no me había agradado en lo absoluto, era una hipócrita; se veía que estaba de lamebotas lamiendo por doquier para poder casar a a su hija con él.

Pero veo claramente que él no está interesado en su querida Kika.

Me acerqué rápidamente a él y me colgué de su brazo derecho, era musculoso, se sentía sus fuertes músculos vibrar con mi toque, o era yo vibrando por tener contacto cálido con su cuerpo, me sentí nerviosa, no siempre hago estas locuras de tener cercanía con personas del sexo opuesto.

El me miró, sus ojos penetraban mis entrañas, me envolvió un nerviosismo como nunca antes lo había percibido, me descolgué de su brazo, pero de inmediato el volvió mis abrazos enrollados con los suyos y me volvió a ver con una mirada atrayente.

¡Ay! me susurraba mi padre, nunca juegues con fuego por que sales quemado, mi pequeña águila.

Hasta el día de hoy lo entendí, sus ojos parecían llamas que me consumían, sentí un cálido calor subirse de mis extremidades hacia mi rostro.

—¡Señora Pepa, saluda a su hija de mi parte, si no es mucho molestar, quisiera que usted eligiera un vestido muy llamativo a la vez elegante para mi novia, y la ayudes con el maquillaje. —pidió él.

La mujer me miró, su cara tenía reflejada la dura realidad del odio, pero rápidamente la cambió por una de dulzura.

Yo le seguí la corriente, pues poco me valía su reacción y su mala actitud, no estaba allí para complacerla a ella, si no para cumplir con un trato y mi meta era querer ganar algo de dinero para ayudar en los gastos de la casa.

La mujer empezó a buscar un vestido, cuando yo seleccioné una ella dijo: ¡tienes muy mal gusto! Al final eligió un vestido más grande de talla y anticuada que no resaltaba nada de mi belleza.

Yo estaba viendo sus inútiles malas intenciones, al final, grité exasperada.

—¡Basta! No me gusta lo que has elegido —en eso vi lo que ella pretendía, quería hacerme quedar mal ante el tipo, mi patrón, ella dijo.

—¡Ji, tu chica no tiene modales! No me deja hacer mi trabajo. —A lo que yo respondí de inmediato.

—¡Pues si de esto vives, no entiendo como sobrevive! Por que no tienes ni vocación ni buen sentido de atención con tus clientes! —Ella tragó saliva, por que ante él le gustaba hacerse la víctima. Luego sollozó y dijo:

—Jihu, tu novia ofende demasiado, no puedo atenderla.

El hombre me miró y le dijo a ella, está bien, iremos a otra parte, enseguida me tomó de la mano y me arrastró hacia afuera, yo me contra puse, le dije:

—¡Espera, debo cambiarme, ni modo que me vaya con esta ropa para momias! ¡Que talento tan nefasto que tienes, mujer, no me digas que este vestido de porquería lo diseñaste tú!

— De mi parte te moririas de hambre por que no compraría ninguno de tus diseños tan horribles, ahh —dije, ya estaba conforme con sacar todo lo que me reprimía adentro.

Una vez afuera, me dije a mi misma, la regué, pero entonces él se rió a carcajadas, yo creí que él me recriminaria, sin embargo se puso a reír de todo lo que dije.

Lo ignoré empecé a caminar por las calles y el me seguía paso atrás, parecía mi guardaespaldas con su traje negro de negocios, su auto nos seguía también y de repente empezó a llovisnar y yo di la vuelta para ver que íbamos a hacer, simplemente él quitó su esmoquin y me abrigó jalándome hacia él mi cuerpo, el hizo un gesto de protegerme del frío y la brisa que lejos de sentir frio, mi corazón empezó a calentarse.

Desde que murieron mis padres, los únicos amables conmigo, eran mis abuelos, pero el abuelo ya hacía cinco meses había muerto, me quedaba mi abuela, aunque la pobre tan triste como se mantenía añorando a su esposo y compañero de toda una vida.

Allí acurrucada y descalza por que traía en mis manos mis zapatos tacones altos, no servían para caminar.

—¿Que hago contigo? —dijo él.

—¿Hacer qué? —Pregunté.

—¡Ahora no podemos ir a la fiesta! No tienes vestidos ni maquillaje! Me respondió.

—¡Eso se resuelve fácil! —le dije, rápidamente lo tomé de su mano y corrimos a otra tienda cerca.

Mientras corríamos tomados de la mano, me pareció que nos conocíamos toda la vida.

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