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Levántate….
Anda Victoria, levántate….
Siento el movimiento de un auto, mi cuerpo está paralizado, veo a Mijaíl a mi lado y me paro en seco.
—¿Dónde me has traído? —no me responde—¡¿Dónde me has traído?!—Mijaíl tensa la mandíbula y el carro frena haciendo que me golpee con la parte delantera.
—Estamos fuera del país—, sus palabras fueron tan fría que sentí una electricidad por todo mi cuerpo.
—¡Mentira es mentira! —grito con todas mis fuerzas. Trato de mantener la calma, pero, la risa en son de burla de Mijaíl me saca de quicio. —Déjame ir por favor, te prometo no diré nada…—el mafioso comienza a reírse a carcajadas.
—Eres una tonta que no entiende nada… ¿aún no has entendido que eres mía? ¿eres tan estúpida acaso? nadie puede escapar de Mijail, ¡nadie! tu cuerpo, tu alma, todo de ti me pertenece, Victoria.
En ese momento, el ruso para el auto para así poder entrar por un camino boscoso, veo a lo lejos una gran reja que se abre apenas Mijaíl pronuncia unas palabras en su idioma nata