En la oficina me puse una camisa de seda, y una falda recta negra, que me llega hasta las rodillas y estiliza mi cuerpo. Me dejé el cabello suelto y me puse un poco más de maquillaje y terminé con los zapatos rojos de tacón que he llevado hoy todo el día.
Sé que no me esforcé mucho, pero no pensaba ir.
— Estás hermosa —me susurra dejándome un suave beso y me toma de la mano — Vamos a esa cena, tengo el auto estacionado al frente. — En realidad, el restaurante está a tres cuadras, así que creo que podemos caminar, perderemos más tiempo buscando donde parquear.
— Estamos cerca, podemos caminar —le sugiero y él asiente.
Me pongo mis gafas de sol Y sonrío, se siente increíble caminar tomada de su mano.
Agosto acaba de empezar, hace calor y la ciudad está casi vacía o con muchos turistas. Los parisinos se han ido de vacaciones mientras yo trabajo como estúpida para el imbécil de Travis.
— Hace mucho calor, ¿verdad? — Susu