**ANDREA**
No sé si fue el silencio absoluto o el peso de la madrugada lo que me despertó, pero en cuanto abrí los ojos, supe que algo no encajaba.
Me dijeron que tuve un accidente. Pero por más que lo intento, no lo recuerdo. Ni un solo segundo. Ni el antes, ni el después. Nada. Y eso me resulta… poco creíble.
Es como si alguien hubiese borrado un capítulo completo de mi vida, como si ese momento jamás me hubiera pertenecido.
Solo queda esta niebla en la cabeza y un eco sordo que no sé si proviene de la memoria o del corazón.
En medio de esa bruma, la tenue luz de la madrugada se colaba por la ventana, iluminando la habitación con un resplandor casi irreal. Me sentía pesada, como si mi cuerpo hubiera dormido durante siglos y aún no entendiera que debía despertar.
El dolor en la sien era persistente, una punzada aguda que latía con cada movimiento. Pero no fue eso lo que realmente me desconcertó… Fue él.
Dormía inclinado junto a la cama, con la cabeza apoyada sobre el colchón. Tenía l