Amanda Miller odia a su esposo y en los tres años que llevan casados le ha pedido el divorcio innumerables veces, Brandon se niega a separarse de ella, pero la familia de Amanda la insta a que lo deje. Ella y su hermana idea un plan para que lo logre, lo que Amanda no sabe es que su hermana la va a traicionar y conseguir que ambos, ella y Brandon mueran. sin embargo el destino no lo quiere así y le da una segunda oportunidad para que conozca a sus verdaderos enemigos y aprenda cuánto la ama su esposo, también para que consiga la venganza que se merece de las personas que la traicionaron.
Leer másCapitulo 1
Amanda Miller entra como un tornado en la empresa de su esposo. No es la primera vez que viene aquí y siempre que lo hace se siente de la misma forma, desesperada. Lleva tres años desesperada, desde que fue obligada a casarse con Brandon, desde que le arrancaron al amor de su vida para entregarla a un frío CEO que es capaz de hacer lo que sea con tal de hacerla infeliz. – ¿A dónde va? – le grita el perro fiel de su esposo al verla pasar sin siquiera detenerse a preguntar si está ahí – el señor Miller está ocupado, deténgase. Ella hace como si no lo escuchara y sigue adelante, abre la puerta de la oficina y ve al causante de su desgracia allí sentado, mirando unos documentos con sus gafas de leer puestas, ella está segura de que escucho todo lo que sucedió fuera, pero ni siquiera levanta la cabeza para mirarla. – Lo siento señor Miller – se disculpa el asistente, Brandon levanta una mano en respuesta. – Quiero el divorcio – Grita Amanda sin importarle quien pueda escucharla, de hecho por el tono estruendoso que escucho es probable que toda la empresa haya escuchado su pedido, Brandon sigue sin inmutarse, en todo el tiempo que llevan casados no es la primera vez que la escucha decir esto, de hecho al menos dos veces al mes hace una escena similar a esta así que la ignora. – Eso es imposible – es su única respuesta y lo dice con toda la frialdad de la que es capaz, a pesar de que le incomoda la actitud de Amanda. —Ilay, por favor llévala fuera, estoy demasiado ocupado como para lidiar con sus escenas. – Le pide al asistente que asiente, se para frente a Amanda, no pone una mano sobre ella porque es consiente de que eso no haría feliz a Brandon, solo se queda allí. – Por favor señora Miller, va a ser mejor si se marcha y hablan de esto en casa – le insiste aún sin tocarla. – Sabes que no te amo – le grita Amanda a Brandon por enésima del hombro de su asistente – sabes que me obligase a ser tu esposa, llevaste a mi padre al punto en el que solo pudo aceptar vender a su hija si no quería perderlo todo y me obligaste a abandonar al único hombre que he amado y que voy a amar en mi vida, eres patético. Brandon la escucha, aparentemente con indiferencia, espera a que termine de gritar y la mira por un segundo antes de hablar. – Si no te vas en este instante voy a llamar a seguridad para que te lleve, no solo fuera de la oficina, si no a casa. Incluso les voy a pedir que te encierren dentro porque en este momento estás actuando como una total enferma mental. Amanda golpea el suelo con sus zapatos antes de darse la vuelta e irse, sabe que no va a conseguir nada si sigue hablando con él, en tres años nunca la ha escuchado, no ve el motivo por el que tiene que comenzar ahora. Ilay mira a su jefe con pena, se ve agotado. Baja los lentes y acaricia el puente de su nariz con resignación. Para todos las cosas que acaba de gritar Amanda pueden ser muy lógicas, pero él sabe que no son ciertas, Brandon Miller está enamorado de su mujer, y él puede dar fe de ello. Tan enamorado que es capaz de caer en los embustes de su familia solo por protegerla, pero no tiene idea de cómo demostrar su amor. – ¿Necesita que haga algo? – le pregunta, a lo que su jefe niega. – Déjame a solas por favor – al igual que siempre que pasan estas escenas, él se ve destrozado. Amanda sale de la oficina furiosa, siempre fue independiente, no pensó que se vería en esta situación, estaba enamorada, incluso ella y su novio estaban preparando la boda cuando le dijeron que ese matrimonio no sucedería, aun se le llenan los ojos de lágrimas cuando piensa en ello, en ese momento era feliz, no como ahora, que solo se levanta de la cama porque no puede permitir que Brandon se salga con la suya. Recuerda su reunión con su hermana Mila, camina las tres calles que la separan de la cafetería donde quedaron en verse, se detiene fuera y por el cristal ve a Mila con su ex novio, el hombre del que en realidad está enamorada, se queda viéndolo por un instante hasta que su hermana la nota y la saluda con la mano, entra y se sienta junto a ellos. – ¿Por qué te demoraste tanto? – pregunta su hermana, realmente hermanastra, es la hija que trajo su madrastra cuando se casó con su padre, pero a Amanda no le gusta llamarla de ese modo, prefiere que todos crean que son realmente hermanas. – Fui a ver a Brandon – Fred, el ex de Amanda resopla. – ¿Puedes no mencionarlo? – le pide – vine aquí porque tenía ganas de verte, porque te extraño tanto que podría morirme ahora mismo, pero si pienso que ahora eres la mujer de alguien más me incomodó demasiado – los ojos de Amanda vuelven a llenarse de lágrimas ante las palabras de Fred, su hermanastra le toma la mano. – Eso es amor, Miller es el peor hombre del mundo — sigue proclamando Mila — no solo se robó nuestra tecnología clave impidiendo que la empresa de papá se desarrollará, sino que también te usó para amenazar a mamá y papá, prohibiéndoles que volvieran a entrar en este campo. Ya Amanda sabe todo esto, su padre se lo contó una semana después del matrimonio, fue la primera vez que le pidió el divorcio a Brandon. – Vamos a dejar de hablar de esto Mila, ya estoy bastante molesta – dice con voz cansada. – Todos estamos demasiado preocupados por ti, él es tan cruel que no sabemos de lo que va a ser capaz, incluso padre cree que él puede hacerte daño. – Brandon es un idiota. Pero no creo que llegue a tanto – en tres años le ha hecho muchos desaires, y la ha lastimado emocionalmente en formas que ni siquiera conocía antes de ser su esposa, pero nunca, a pesar de lo que ella haya hecho, él ha puesto un dedo en su cuerpo. – ¿Lo estás defendiendo? – le pregunta Fred. – Claro que no, sabes que solo te amo a ti – le dice ella. – Vine a verte porque estoy dispuesto a dejarlo todo por ti. — Fred escuchó la respuesta de Amanda y sonrió satisfecho — Quiero que vengas a vivir conmigo, que seas mi mujer y que dejes de estar con ese idiota. – ¿Cómo podemos hacer eso? – pregunta Amanda emocionada, sentándose cerca de la libertad por primera vez en mucho tiempo. – Si tomas el documento confidencial que el guarda en la casa, el que contiene la tecnología clave, será el fin, podremos escapar Amanda – Fred toma su mano y la mira a los ojos – eso pondría toda la empresa Miller en caos y a el le importa más eso que cualquier cosa en el mundo, estaremos libres para ser felices – esa promesa es suficiente, eso es lo único que Amanda quiere – Y por supuesto, nosotros estaremos ahí para ti – la hermana asiente. – ¿están seguros de que ese documento está en casa? – le pregunta Amanda a ambos. – Estoy segura de que si la empresa Miller tiene documentos confidenciales, los tiene tu esposo en casa, es demasiado desconfiado como para dejarlos en algún otro sitio – le asegura su hermana., Amanda tiene idea de cómo acceder a ellos, pero no le agrada. Pero fue tras la insistencia de Mila que se convenció. Le dijo que el documento pertenecía a su familia y fue entonces cuando Amanda tomó la decisión.Capítulo 122Amanda mira sin creer: Brandon está ofreciendo su vida.– ¿Me estás diciendo que te asesine por esta mujer? –Brandon asiente.– No puedo vivir sin ella, incluso si la matas a ella en mi lugar, voy a terminar quitándome la vida. Porque ella es mi vida.– Brandon –Amanda intenta llamar su atención–, levántate del suelo, sal de este lugar.El padre de Amanda tiene cara de miedo, no creyó que las cosas iban a llegar a este punto. Va a donde está Amanda y suelta sus amarres. Amanda se acerca a Brandon, el padre de Brandon aprieta la pistola contra su cráneo, y Brandon lo mira.– Si la matas, me voy a convertir en tu peor enemigo. Voy a vivir solo para destruirte.– Maldito idiota, no sé a quién sales que te convertiste en un inútil solo por una mujer –se queja su padre–. Si lo que quieres es morir, no voy a detenerte.La pistola cambia y esta vez está apuntando a Brandon. Sin pensarlo dos veces, Miller dispara. El estruendo deja a Amanda sin poder escuchar, pero ve a Brandon e
Capítulo 121Brandon entra en el hospital después de recibir la llamada de Sanders, quien lo está esperando con unos documentos en la mano.– Aquí tienes –le dice–, como creímos, está más sana que cualquiera de nosotros –Brandon abre el sobre; dice claramente que Erica se encuentra en perfectas condiciones de salud.– Muchas gracias. Puede que para lo demás necesite un poco de tiempo, pero al menos me voy a poder librar de ella –le dice Brandon–. Voy de inmediato a recibir algunas explicaciones.Brandon se apresura a llegar a la casa, entra y encuentra a Erica sentada en el salón como casi siempre; ella lo mira y le sonríe.– Qué bueno que llegaste, ya te estaba extrañando –le dice. Brandon sonríe y se acerca a ella.– Acabo de recibir los resultados de tus análisis –le dice.– Ah, creí que no llegarían hasta dentro de unos días.– Sí. Pero Sanders lo hizo más rápido, tenemos mucho por hacer.– ¿A qué te refieres? –Brandon pudo ver el miedo en su rostro. Le entrega el sobre y espera a
Capítulo 120Brandon estaba sumido en un torbellino de emociones. Había dicho adiós a Dania y la había enviado con Ilay, confiando en que ella estaría a salvo, al menos por ahora. Sin embargo, su mente estaba lejos, luchando con una mezcla de incertidumbre y frustración. Se dirigió a la oficina de Amanda, decidido a asegurarse de que estuviera bien, a pesar de todo lo que había pasado. Al entrar, se encontró con ella sentada en su escritorio, con el rostro marcado por el cansancio, pero aún fuerte a su manera. Sin embargo, sus ojos reflejaban algo que él reconoció inmediatamente: el miedo.Amanda lo miró sin pronunciar palabra. Estaba tan cansada que apenas podía mantenerse erguida, pero cuando sus ojos se cruzaron con los de Brandon, un sentimiento de vulnerabilidad la invadió.– Vamos, empieza a regañarme –dijo Amanda, intentando aliviar la tensión con algo de humor, aunque su voz era más dura de lo que había planeado. Se sentó frente a ella y, al notar que sus piernas temblaban, no
Capítulo 119Brandon no dudaba de que en algún momento algo como esto podría pasar. Siempre había sabido que las cosas no iban a seguir tan tranquilas para él, que tarde o temprano tendría que enfrentarse a decisiones difíciles y a personas que exigirían más de lo que estaba dispuesto a dar. Sin embargo, lo que sí le sorprendió fue la rapidez con la que Erica le había pedido que asesinara a alguien.–¿Acabas de decirme que asesine a alguien? –le preguntó Brandon, su voz un poco más tensa de lo normal. Le dio la oportunidad a Erica de retractarse, esperando que fuera solo una broma de mal gusto, algo que pudiera olvidar en el acto.Erica lo miró sin inmutarse, como si lo que acababa de decir fuera la cosa más normal del mundo.–Sí, fue lo que te dije. No puedes dejar que te traten de esa forma. No puedes permitir que la gente juegue contigo o con tu familia. Si no haces nada, te van a seguir pisoteando.Brandon frunció el ceño, sin poder creer lo que estaba escuchando.–No soy un asesi
Capítulo 118El silencio en la cabaña era abrumador. Solo se oía la respiración entrecortada de Amanda mientras se arreglaba la ropa con manos temblorosas. Cada movimiento suyo era un intento de recuperar el control, de volver a ponerse la coraza que tanto le había costado construir desde que Brandon salió de su vida. Sin embargo, ahora sentía que esa coraza se había resquebrajado por completo.Brandon la observaba en silencio, desde la penumbra de una esquina. No decía nada, no se movía, solo la miraba, como si memorizara cada gesto, cada movimiento torpe con el que ella intentaba cubrir la vulnerabilidad que acababa de mostrarle. Amanda no lo miraba. Mantenía la vista fija en el suelo, en sus propios zapatos, en cualquier cosa que no fuera él.–¿Por qué me evitas? –preguntó Brandon al fin, con voz baja, cansada, pero cargada de una ansiedad contenida que no sabía cómo disimular.Amanda cerró los ojos por un segundo, intentando juntar el valor para hablar. Luego, sin mirarlo, le dijo
Capítulo 117Brandon está completamente absorto en el contacto con Amanda, sintiendo que cada caricia, cada roce de su piel contra la suya, lo vuelve más irremediablemente adicto a ella. Es como si el tiempo se detuviera, como si el universo entero se redujera a este instante, a este momento en que sus cuerpos se encuentran y se entrelazan de manera tan perfecta, como si Amanda hubiera nacido para estar en sus brazos.Las respiraciones se entrelazan, sus cuerpos se funden en una danza casi primitiva de deseo y necesidad. Amanda está tan cerca de él, tan tangible, que cada movimiento la hace más real, más deseada. Y es entonces cuando ella, aún luchando contra sus propios sentimientos, susurra con voz entrecortada:—No deberíamos estar haciendo esto.Se separa ligeramente, aunque la fuerza de su cuerpo contra el suyo hace que Brandon la sienta aún más cerca. Sus labios rozan los de Amanda, el calor de sus cuerpos los envuelve, pero Amanda trata de contenerse, tratando de alejarse, aunq
Último capítulo