La caminata de Aye la llevó hasta el Central Park, no era que lo tuviera planeado, simplemente había llegado. Se sienta en un banco y vaga su mirada a su alrededor, estaba oscureciendo, estaba refrescando y muy pocas personas seguían paseando. Sus pensamientos la llevan a todo lo ocurrido desde el momento en que pisó Estados Unidos. El conocer a Dylan, las cartas, saber sobre su padre, saber más de lo que le hubiera gustado. Lo peor de todo era que se estaba convirtiendo en una mentirosa; jamás le mintió a su madre, ni siquiera a ningún integrante de su familia, tampoco había tenido necesidad de mentirles a sus amigos y ahora era exactamente eso lo que estaba haciendo con todos. No estaba segura si hacia bien, pero si estaba segura que debía ocuparse ella misma de esa situación y no exponer a sus amigas.
— ¿Qué haces aquí? —Aquella pregunta la hace exaltar.
Aye levanta la mirada encontrándose con Mateo observándola extrañado.
—¿Tú qué haces aquí?
—Paseo —le responde elevando los hombr