—¿Qué haces? —interroga a Zack acercándose a él, en cuanto se dio cuenta de que Dylan estaba en el apartamento.
—Estudio a mi enemigo —le responde sin quitar los ojos del ordenador.
Zack lo mira con el ceño fruncido y luego mira a su chica, quien se limita a elevarse de hombros.
—Sabes, no me ofendo si quieres ser más explícito —ironiza el joven tatuado.
—Un ex de Aye está aquí —le cuenta sin mirarlo.
—Dylan —llama su atención Kim y el brasileño clava sus ojos en ella—. Déjate de estupideces y explícate —le exige.
Dylan observa a su amigo elevando una ceja.
—Ya la oíste, amigo. ¿Qué mierda está pasando? —segundo Zack—. ¿Por qué esa cara de trasero nazi?
Dylan suspira al escuchar la analogía de su amigo y dirige su mirada a la pantalla del ordenador.
—Este es el ex de Aye —dice señalando el monitor.
—Mateo Stagnaro —lee Zack.
—Es guapo —suelta Kim ganándose miradas fulminantes de los hombres—. ¿Qué? —Se eleva de hombros y luego brinca en el lugar—. Ya sé quién es —se puede escuchar com