—No sé de dónde salió eso —evade yendo a su escritorio para dejar la pesada bandeja sobre éste.
—Para tu información eres muy mala mintiendo —le indica antes de levantarse para caminar hasta a su amiga.
—Eso es porque yo no miento —responde Sonia sin mirarla.
—Por ser tan mala mentirosa, debo aclararte que todos sabemos lo que pasa entre tú y Adam, estúpidos ambos por ocultarlo.
—No es así —dice con velocidad.
—Deja de querer protegerme —exclama Aye—. Amo que ambos puedan seguir con su relación, aunque estén en diferentes continentes. Del otro lado del charco, como dicen —bromea—. Además —dice estando a un paso detrás de su amiga—, la habitación apesta a sexo —le susurra al oído al tiempo que levanta el bóxer delante de la vista de su amiga haciendo bailar, provocando con eso que Sonia se carcajee.
—Bien, bien. Atrapada —se rinde Sonia— Pero deja de mover ese bóxer de esa manera que es repugnante —esboza tironeando la prenda de las manos de Aye.
—Adam esta por la calle sin ropa