- ¿De verdad crees que podrás arrebatarle la empresa a Adriano?.- Adhara se paró en seco y pegó la oreja a la puerta, mirando a todos lados para no ser descubierta.
- Por supuesto. Nadie confía en ese niñato y si Gallo y Amato me venden sus acciones, podré fácilmente obtener el apoyo de los demás accionistas.- La voz clara de Giovanni llegó hasta ella.
- ¿Y si Mattia vuelve?. ¿Qué harás?.
- Él no volverá.
Adhara apretó las manos en puños y tensó la mandíbula tratando de no tirar la puerta de una patada y volcarle la botella de desinfectante que llevaba en sus manos.
Tal como Giorgia le había dicho: Giovanni Lombardi estaba ahí y como siempre, había pedido que limpiara la habitación que ocupaba con sus amigos.
Había pensado muy seriamente en ir a hablar con Carusso, pero desistió de la idea, porque ahora que estaba casi segura de que Giovanni y Mattia eran hermanos y el tal Adriano también, la única forma de conseguir información para el ojiazul, era manteniéndose cerca de quién pudier