Camila puso rostro compungido y respondió:
— ¡Ay amor, no me digas eso!— respondió ella.
Richard tomó aquel rostro adorado por él y dándole un suave beso en los labios le dijo:
— Hablo en serio amor mío, ya hemos pospuesto nuestro matrimonio en dos oportunidades, ya quiero que no tengamos más pendientes, quiero que cerremos el capítulo de legalizar nuestra relación y dedicarme a hacerte felíz por el resto de mi existencia.
Ella sonrió condescendiente:
— Entonces fijemos esa fecha para dentro de tres meses.
El rostro de Richard mostró sorpresa y dijo:
— ¿ Tanto? Hagamos algo mejor, no le digamos a nadie, vamos, nos casamos, y luego lo comunicamos a los demás
— Me parece bien, pero es que me gustaría ostentar el apellido de mi padre, no sé cuánto tiempo llevará este procedimiento.
— Tienes razón amor, vayamos con calma, total nos disfrutamos rico el uno al otro a pesar de estar sólamente comprometidos.
— Cuando venga papá, fijamos una fecha tentativa para realizar nuestro sueño.