De repente, los cuerpos de la pelirroja y de Lord Kyrios comenzaron a flotar en el aire, elevándose lentamente. El pánico y el terror se apoderaron de Melissa y Seraphina al presenciar este fenómeno.
—¡¿Están flotando?!—exclamaron al unísono, sus voces llenas de incredulidad—. ¡El enemigo nos castigará por esto!
El fragmento de metal vampírico, suspendido en el aire junto a ellos, se partió por la mitad con un crujido ominoso, enviando chispas y destellos de energía inestable por todo el departamento.
—¡Se rompió!—gritó Melissa, su voz cargada de desesperación.
Una nueva explosión, aún más desastrosa y peligrosa, sacudió el lugar. El destello de luz fue tan intenso que ambas se cubrieron los ojos mientras eran lanzadas hacia atrás por la onda expansiva. Fragmentos de metal y escombros volaron por el aire, girando caóticamente a su alrededor.
El estruendo de la explosión resonó en sus oídos, un rugido ensordecedor que parecía no tener fin. El destello de luz iluminó tres manzanas a la