Chiara:
Él me sonríe, y no sé si compararlo con un angelito o un pequeño demonio.
—No puedes hacer eso, cariño.- Susurré.- ¿has pensado en tu papá?¿ Qué dirá cuándo se entere de que ya no lo quieres?
Él hace un puchero, y le tiembla el labio inferior.
—Por supuesto que quiero a mi papá, pero también quiero una mamá. Él no quiere dejar a la tía mala. No es mi culpa.
Arrugo el entrecejo, el pequeñín es bastante obstinado.
—Bueno, es tarde. – comento.- ¿Vamos a casa?
—¡Si!- chilla él, loco de contento.
Oscar:
Cuando vi que me llamaba al celular, tuve la esperanza de que hubiera pensado mejor las cosas, y estuviera dispuesta a un trato más cordial entre nosotros.
Sin embargo cuando me explicó que Dominic estaba con ella y por qué, no pude evitar sonreír.
Al parecer, yo tenía razón. Mi hijo y yo estamos obsesionados con la misma mujer…cada uno por sus propios motivos.
—¡Vete!¡ No te quiero aquí!- chilló Dominic al verme, y juro que me dolió el corazón.
—No seas impertinente, Dominic. Esa n