Cuando él desayuno estuvo listo, se sentaron a comer.
El abuelo no paraba de hablar de su juventud. De cuando había viajado a África y visto leones, elegantes y jirafas.
Dominic escuchaba sus historias con los ojos abiertos a más no poder, mientras chata miraba sus huevos revueltos con desagradado.
—¿Que sucede, querida?- increpó el abuelo.- ¿no te apetece lo que preparó mi nieto?
—La verdad es que no.- protestó ella.- Oscar le puso perejil. Y yo adiós el perejil
Oscar sonrió.
Y su hijo comenzó a saltar emocionado sobre su silla.
—Lo ha hecho a posta.- chilló Dominic.- mira madrina, papá se ha reído, eso significa que lo ha hecho a Posta.
Chiara miró a Oscar a través de sus pestañas.
—Recordé lo mucho que lo detestas, y decidí incluirlo en el menú.- declaró él, descaradamente.
—Ya veo.- masculló ella con seriedad.
El abuelo los contempló, pasando su mirada de uno al otro.
Oh, pues si.
Él también veía mucho.
***
Adrián Abernathy, escuchó acerca de la trifulca entre Monique y Chiara, y