El gran baile no sería solo un evento social; sería el telón de fondo de un drama que pondría al descubierto los pequeños y grandes secretos.
Lady Sabina hizo su aparición con una sonrisa que iluminaba la estancia, envuelta en la última moda de la alta costura real, entrando como si ya fuera la soberana indiscutible de todo lo que la rodeaba.
—Me llamaste, mi Lord —preguntó con una voz que destilaba una dulzura inusual.
—Así es. Quiero que se prepare todo para nuestra mudanza a la mansión Cavendish. Este fin de semana tendrá lugar el baile. Confío en que todo esté preparado —dijo Lord Henry con un tono que no dejaba entrever sus verdaderas intenciones.
—Por supuesto, mi Lord. Todo está dispuesto tal y como lo mandaste. Sus Majestades nos otorgarán personalmente nuestros títulos. No puedo creer que finalmente lo hayamos logrado, querido —respondió ella, claramente emocionada por la perspectiva de su ascenso social.
—Así es, y no olvides que debes estar deslumbrante —añadió Lord He