Las palabras parecían flotar en el aire, pesadas y llenas de significado. Sofía parpadeó, incapaz de procesar lo que estaba oyendo. ¿Asesinos de su familia? ¿Los Cavendish? ¿Qué locura era esa? El que decía llamarse Javier siguió hablando rápidamente, como si temiera que no iba a tener otra oportunidad como aquella.
—Sé que eres una mujer adulta y que no tengo ningún derecho sobre ti, pero no debes estar con un hombre que te hizo lo que te hizo…¡Un vio…! —Se detuvo al ver la sorpresa y el terror en el rostro de Sofía.
—Además —continuó con la voz apremiante— la amenaza que se cierne sobre ustedes dos, no la puedes imaginar ni ignorar. Y no estoy aquí por dinero o por cualquier otra cosa que no sea salvarlos a ustedes dos —dijo vehementemente—. Solo quiero la oportunidad de ser tu padre por una vez en la vida y que me permitas conocer a mi nieto.
—¿Mi padre? —repitió, su voz apenas un susurro—. Pero…, llevo viéndote hace años, ¿cómo si eras mi padre, no me lo dijiste?
Sofía se qu