209. EL PADRE DE SOFÍA
Y se dirigió a la puerta con la intención de recoger a Airis, a Sofía y nunca más volver a este lugar. Se lo daría a Javier López, en cuanto regresara. Dejaría un pasado doloroso como un López, y resurgiría como el ave Fénix en otro lugar, con su verdadero nombre: Sir César Cavendish.
—Espera César, me está llamando Bee —dijo Fenicio y ambos hombres se detuvieron—, dime Bee…, sí, César la desconectó, después te explicamos.
—Bee, no conoces a mi amiga —intervino César— me la llevo conmigo a mi casa. Luego ella te llama, ¿de acuerdo?
—De acuerdo César, pero no te llamé por eso —e hizo un silencio hasta que al fin preguntó—. ¿Viste la enorme cantidad de dinero que entró en la única cuenta de tu esposa?
—¿Dinero? —preguntó sin entender que decía.
—Sí, millones. Y no te va a gustar de donde salieron —y como siempre Bee hizo un silencio antes de dar una noticia que sabía iba a causar un gran efecto—. ¡De Teresa Vivaldi! ¡Ella le transfirió todo su dinero a tu esposa!
—¿Qué locuras