Elvira asintió, sintiendo el apoyo de su hijo. Aunque se sentía culpable, sabía que debían unirse como familia para superar los desafíos que tenían por delante. Juntos, serían más fuertes y podrían enfrentar cualquier adversidad.

Luego Elvira caminó hasta una mesa y vino con un álbum de fotos algo chamuscado y se lo mostró a su hijo.

—César, mira lo que rescató Carlos, mi álbum de fotos de la familia. Se quemó algo, pero lo hizo. Debes perdonarlo, hijo, es un buen hombre que solo se dejó engañar por Delia al igual que tú.

César observó el álbum en las manos de su madre y sonrió. También creía lo mismo, el que fuera su mejor amigo solo se había dejado manipular por Delia, al igual que él. Ahora mismo le agradeció ese gesto y asintió, viendo la felicidad de su madre por no haber perdido esos recuerdos que cargaba con ella para todas partes.

Por otra parte, en un país cercano, Teresa Vivaldi maldecía después de haber recibido la llamada de que no habían logrado el objetivo de elim