125. UNA NUEVA REALIDAD
Y con cada caricia, con cada burbuja que estallaba contra su piel en un baño de renovación y redención. César la sostenía con suavidad, sus manos trazando círculos reconfortantes en su espalda. No había prisa, no había demandas. Solo él y ella, en un mundo creado de agua tibia y pétalos de rosa.
Con cada respiración, Sofía sentía que dejaba ir un poco más del pasado. Cada exhalación era una liberación, un nuevo comienzo. Podía sentir cómo el amor de César la envolvía, cómo su presencia constante y segura la ayudaba a enfrentar los fantasmas de su pasado.
El agua perfumada parecía tener un efecto casi mágico en ella. Como si cada burbuja que estallaba contra su piel estuviera llevándose consigo una parte del dolor y el miedo que había estado albergando en su interior. Como si cada pétalo de rosa que rozaba su cuerpo estuviera infundiendo en ella una nueva fuerza y determinación.
Sofía se permitió cerrar los ojos, perdiéndose en las sensaciones. El suave murmullo del agua, el calor