124. UN NUEVO DÍA
Estaba decidida a transformar ese recuerdo, a teñirlo con los colores del amor y la aceptación, para que pudiera liberarse de la sombra que proyectaba en su presente. Y lo quería así, haciéndola explotar, sobre todo ahora que lo deseaba con toda su alma.
—Ahora César, ahora, ah…, ah…, ahhhh
—¿Así Sofi, así…? Ahn...
El primer rayo de luz del día se filtró por la ventana, bañando la habitación en tonos dorados. César y Sofía yacían enredados en las sábanas, sus cuerpos desnudos aún resonando con el eco de su amor compartido. Habían atravesado la oscuridad juntos, habían enfrentado los fantasmas del pasado y ahora, en la tranquilidad del amanecer, se encontraban en un lugar de paz y entendimiento.
César abrió los ojos lentamente, su mirada encontró a Sofía, su rostro sereno y relajado en el sueño. La observó con una mezcla de asombro y gratitud. A pesar de todo lo que había pasado, ella estaba aquí, a su lado, dispuesta a enfrentar el futuro juntos.
Con delicadeza, apartó un mechó