•Sara•
Creo que la felicidad no me cabe en el pecho. Siento que late muy fuerte cada vez más, y quiero que las horas pasen rápido para volver a estar con Samuel.
Tiene sus obligaciones en la editorial y yo mis deberes, pero a veces llega muy tarde. Hoy no irá a trabajar, lo hará desde casa, me coloca un vestido sin bragas, por supuesto y bajo hacerle un café.
Llegó a su despacho y doy algunos toques. Cruzo mis piernas, de la tensión que siento en mi parte baja. Escucho un" pasa" deja los papeles y se inclina en su silla, sonriendo de lado.
—Eres tonta, nunca habías tocado y ahora lo haces — palmea su pierna.
¡Sí, sí, sí!
—Bueno, siempre hay una primera vez, Sam — caminó hacia él —, te traje café.
Frunce sus cejas y mira el café que no tiene buen color.
—No sabes hacer café, cariño.
Hago una mueca y él ríe, con ganas.
—Prueba y dime qué tal — dejó la bandeja en el escritorio y le ofrezco el café.
Lo sostiene en su mano y lo deja en la mesa.
— Quiero otra cosa — su voz vibrante me hac